martes, 27 de abril de 2010
Cambio de última hora
Tras minutos de giros sin parar (para mí horas) en el interior de un cubo de basura, llegue por fin a mi casa. Para mi desgracia esto no hacía más que repetirse por culpa del típico abusón. Así hasta que un día ocurrió algo que lo cambió todo. Era la hora del recreo y, como siempre, el abusón se empezó a acercar a mí. Acepté mi condena y me acerque a él, pero durante el camino debí resbalar y, como por arte de magia, mi puño acabó en cierta zona masculina. Desde entonces ningún abusón me volvió a molestar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Muy buen relato. Breve. Con gancho y final brillante. Sigue así.
ResponderEliminar