Hace ya mucho tiempo, por lo menos dos meses, nuestro protagonista Alexis se encontraba ahí en el suelo, sin conocimiento, casi inerte, ante un cuerpo pálido, tenebroso y putrefacto que levitaba junto a él con una sonrisa malévola, pero nuestra historia no empieza ahí... Debemos ir aún más atrás...
El 10 de enero de 2011, el día más odiado por todos los estudiantes, había empezado peor de lo que Alexis había imaginado. ¡Se había olvidado la mochila en casa! Y no podía ir a por ella ya que se había dejado las llaves dentro de la mochila. Así que no tuvo más remedio que aguantar la oleada de negativos y la regañina de su madre. Para colmo, al acabar la jornada escolar, nuestro amigo iba al baño del instituto antes de ir a la guagua. Al terminar de..., bueno, ya os imagináis, se lavó las manos y al mirar al espejo vio una chica detrás de él, totalmente pálida. Claro, era el baño de los chicos, así que preguntó:
- ¿Qué ahaces aquí? ¿No sabes que este es el baño de los chicos?
Y Alexis, por hacer la gracia de costumbre, comentó:
- Mira, como no tengas rabo tendrás que marcharte.
No obtuvo respuesta. Solo una escalofriante sonrisa de la chica.
- Bueno, me voy, que perderé la guagua- dijo mientras caminaba hacia la puerta, pero, al girar el pestillo, se dio cuenta de que la puerta estaba cerrada.
-¡Oh, no! Isabel debe de haber cerrado la puerta por fuera- dijo con una angustia que le hizo sudar.
La chica pálida seguía allí observando a Alexis con esa escalofriante sonrisa.
- ¿te parece gracioso? ¡Nos hemos quedado encerrados! ¿Y tú? Ni siquiera me ayudas a pedir ayuda.
La chica soltó una carcajada.
- ¿No sabes acaso quién soy?- dijo la chica con una voz que haría estremecer al tipo más duro.
- No... - dijo Alexisacobardado por la voz.
De repente, la chica agachó la cabeza y el pelo le tapó la cara. Alñ volver a levantarla, el rostro había cambiado de color. Se había vuelto translúcido. Su voz ya no podía ser más grave pero ahora retumbaba en las paredes. Entonces, empezó a levitar y Alexis, ante este fenómeno, solo supo articular una palabra, pero el miedo no le dejó pronunciarla. Ahora que había visto el rostro completo de la chica se dio cuenta:
- E-Eres Elisa Méndez, la chica que desapareció en el lavabo, pe-pero, ¿no estabas muerta?
- Tú lo acabas de decir. Lo estaba.
En ese momento, el corazón de Alexis latía a más de mil pulsaciones. Un escalofrío recorría todo su cuerpo. Su sudor estaba helado, las piernas le temblaban y le flojeaban. al final, las piernas cedieron y se cayó al suelo. Alzó la vista y los ojos de la chica estaban totalmente en blanco.
- ¿Pe-Pero qué quieres de mí?- preguntó aterrado.
- Nada en especial. Solo poseer tu cuerpo para volver a la vida por completo.
De pronto, el corazón de Alexis paró en seco y se desplomó. Se encontró en el suelo inerte y fue en ese momento cuando Elisa descendió y se introdujo en su cuerpo. Alexis flotó hasta reincorporarse y entonces fue cuando Isabel abrió la puerta y... nada. No había nada. Desaparecieron absolutamente los dos.
Hasta el momento no se ha vuelto a saber del paradero de nuestro compañero Alexis...
Por Alexis González (2ºA)