Al fin podemos anunciar los ganadores del concurso de redacciones y poemas sobre la paz.
El premio en la categoría de poesía ha sido para Zeila y Zaira, dos alumnas de 2º C.
No a la violencia
Hemos dicho la palabra paz
Para decir No a las guerras.
Hemos hecho palomas de papel
Para reflejar la paz, y
No a la violencia.
Cuando la paz
tiene que estar siempre presente
la guerra vendra a paso corto.
Aunque la guerra esté presente
en nuestras vidas, intentaremos
superarnos y vencer.
Intentaremos decir No a la guerra.
No a la violencia.
Y el premio en prosa ha sido para Vanesa Ventura de 4ºA.
Recuerdo aquel día como si fuese ayer, como si lo acabara de vivir hace tan solo una hora. Antes de que sucediera la mayor desgracia que le puede suceder a cualquier persona, aunque esta carezca de escrúpulo alguno. Mi vida carecía de lujos, y nuestro ambiente estaba bañado de la tristeza que supone una guerra, pero, aún así, mi familia y yo éramos felices, y es que, sobrados en salud y amor, ser pobres era lo de menos.
Tenía a la mujer más perfecta como esposa, de eso estaba completamente seguro. Paula era la pequeña. Tenía los ojos negro azabache y el pelo largo y tan lacio como terciopelo. Estaba llena de felicidad, cosa que me satisfacía, ya que al vivir en el mundo en que vivimos, ser feliz y estar alegre las veinticuatro horas del día era algo casi imposible.
Luego estaba Dani, de ojos verdes y tan solo un poco más alto que Paula a pesar de su diferencia de edad. A Dani le gustaba mucho andar con una pelota de fútbol. Le encantaba. Si el destino hubiera elegido otro camino para él, habría llegado tan lejos como se hubiese propuesto.
El día que se me acabaron las ganas de vivir fue un lunes.
Llegué a casa después de un largo día de trabajo con ganas de ver a la razón de mi existencia: mi familia. Pero lo que vi al entrar, fue la imagen que marcaría mi vida, algo que no le deseo a nadie, ni siquiera a los desgraciados que hicieron eso. Mi mujer y mis hijos se encontraban tirados en el suelo. Mostraban numerosos golpes y varios disparos en el cuerpo. Lo que sentí en ese momento es algo que jamás nadie podrá imaginar a no ser que presencia semejante escena, y es que, ver muertos en el suelo a tu mujer y a tus hijos, repito que es algo que no le deseo a nadie.
En ese momento deseé con todas mis fuerzas encontrarme de frente a esas personas para arrancarles de cuajo el alma, si es que tenían, algo que era muy poco probable. Pero un tiempo más tarde comprendí que, aunque vengara su muerte, no me los traería de vuelta, pero sí podría impedir que personas como yo pasaran por lo que yo pasé. Por eso, se me ocurrió crear una fundación en la que ayudar a personas afectadas y heridas por ataques militares, ya que a mí también me hubiera gustado que alguien apareciera en mi casa y me hubiera ayudado a mi familia cuando aún les quedaba alguna esperanza por sobrevivir.
Yo sé que no puedo cambiar el mundo, pero el mundo me cambió a mí y me hizo reflexionar y darme cuenta de que si no existieran guerras, no habría necesidad de hablar de paz, y lo más triste es haberme dado cuenta a raíz de la muerte de mi familia.
Por eso, quiero que personas ahora ignorantes como lo era yo, pusieran un grano de arena para ayudar a personas necesitadas, porque, si así lo hicieran, se reunirían miles de millones de granos de arena que formarían una montaña lo suficientemente grande para acabar con las desgracias de este mundo.
¡Enhorabuena a los premiados!
