jueves, 31 de marzo de 2011

El tesoro perdido de los masones.

Dan Brown era un arquéologo muy inteligente que estaba obsesionado con los masones y sus tesoros. Un día, mientras realizaba una excavación, encontró un mapa en el que se indicaba la situación de un tesoro masónico. En el pergamino estaban escritos los lugares donde estaban las pistas para llegar al tesoro escondido.

El primer lugar era la Basílica de San Marcos. Se preparó lo más rápido que pudo y viajó a Venecia. Buscó todo el día alrededor de la basílica hasta que, cuando casi estaba anocheciendo, encontró una puerta poco visible. Después de pensarlo mucho, entró, y su sorpresa fue que encontró la tumba del último caballero cruzado, donde se encontraba el segundo lugar al que tenía que ir, y ese segundo lugar era: la biblioteca de Alejandría. Cuando salió del pasadizo secreto, se encontró con unos policías que le empezaron a perseguir por toda Venecia hasta que logró despistarlos.

Tan rápido como pudo viajó hasta la biblioteca. Se puso a buscar cualquier pista que le llevase al tesoro, hasta que encontró un libro en el que se indicaba la situación exacta del tesoro perdido de los antiguos masones. El sitio era el Templo de Salomón en Jerusalén, que era un referente masónico. Viajó hasta Jerusalén y buscó por toda la ciudad hasta que encontró el Templo de Salomón.

Cuando se encontró dentro, se guió por las pistas que había encontrado en la biblioteca de Alejandría y en la Basílica de San Marcos, hasta que llegó a una especie de cámara secreta. Para poder salir de ella tenía que descifrar una serie de códigos masones y, como él era tan experto en los masones, no tuvo problema alguno para descifrar lo que decían los símbolos: "enciende un fuego y delante de ti hallarás nuestro tesoro". Y cuál fue la casualidad que justo en en ese momento llevaba un mechero en el bolsillo. Entonces, encendió la antorcha y delante de él apareció un inmenso tesoro. Corrió lo más rápido que pudo y avisó al FBI para que fuese a buscar... el tesoro perdido de los masones.


Por Micael Cabrera (2ºA).

El fantasma del instituto.

Hace ya mucho tiempo, por lo menos dos meses, nuestro protagonista Alexis se encontraba ahí en el suelo, sin conocimiento, casi inerte, ante un cuerpo pálido, tenebroso y putrefacto que levitaba junto a él con una sonrisa malévola, pero nuestra historia no empieza ahí... Debemos ir aún más atrás...

El 10 de enero de 2011, el día más odiado por todos los estudiantes, había empezado peor de lo que Alexis había imaginado. ¡Se había olvidado la mochila en casa! Y no podía ir a por ella ya que se había dejado las llaves dentro de la mochila. Así que no tuvo más remedio que aguantar la oleada de negativos y la regañina de su madre. Para colmo, al acabar la jornada escolar, nuestro amigo iba al baño del instituto antes de ir a la guagua. Al terminar de..., bueno, ya os imagináis, se lavó las manos y al mirar al espejo vio una chica detrás de él, totalmente pálida. Claro, era el baño de los chicos, así que preguntó:

- ¿Qué ahaces aquí? ¿No sabes que este es el baño de los chicos?

Y Alexis, por hacer la gracia de costumbre, comentó:

- Mira, como no tengas rabo tendrás que marcharte.

No obtuvo respuesta. Solo una escalofriante sonrisa de la chica.

- Bueno, me voy, que perderé la guagua- dijo mientras caminaba hacia la puerta, pero, al girar el pestillo, se dio cuenta de que la puerta estaba cerrada.

-¡Oh, no! Isabel debe de haber cerrado la puerta por fuera- dijo con una angustia que le hizo sudar.

La chica pálida seguía allí observando a Alexis con esa escalofriante sonrisa.

- ¿te parece gracioso? ¡Nos hemos quedado encerrados! ¿Y tú? Ni siquiera me ayudas a pedir ayuda.

La chica soltó una carcajada.

- ¿No sabes acaso quién soy?- dijo la chica con una voz que haría estremecer al tipo más duro.

- No... - dijo Alexisacobardado por la voz.

De repente, la chica agachó la cabeza y el pelo le tapó la cara. Alñ volver a levantarla, el rostro había cambiado de color. Se había vuelto translúcido. Su voz ya no podía ser más grave pero ahora retumbaba en las paredes. Entonces, empezó a levitar y Alexis, ante este fenómeno, solo supo articular una palabra, pero el miedo no le dejó pronunciarla. Ahora que había visto el rostro completo de la chica se dio cuenta:

- E-Eres Elisa Méndez, la chica que desapareció en el lavabo, pe-pero, ¿no estabas muerta?

- Tú lo acabas de decir. Lo estaba.

En ese momento, el corazón de Alexis latía a más de mil pulsaciones. Un escalofrío recorría todo su cuerpo. Su sudor estaba helado, las piernas le temblaban y le flojeaban. al final, las piernas cedieron y se cayó al suelo. Alzó la vista y los ojos de la chica estaban totalmente en blanco.

- ¿Pe-Pero qué quieres de mí?- preguntó aterrado.

- Nada en especial. Solo poseer tu cuerpo para volver a la vida por completo.

De pronto, el corazón de Alexis paró en seco y se desplomó. Se encontró en el suelo inerte y fue en ese momento cuando Elisa descendió y se introdujo en su cuerpo. Alexis flotó hasta reincorporarse y entonces fue cuando Isabel abrió la puerta y... nada. No había nada. Desaparecieron absolutamente los dos.

Hasta el momento no se ha vuelto a saber del paradero de nuestro compañero Alexis...

Por Alexis González (2ºA)

jueves, 3 de marzo de 2011

Atletismo

Agustina Toledano, una compañera de 2º A, nos cuenta por qué le gusta el atletismo.



"Deporte que puede que para la gente sea totalmente desconocido o simplemente lo encuentren absurdo: "bah, correr por correr..."; "bah, qué gracia tiene saltar, lanzar...". ¡Y no es así!

Para la gente que de verdad lo siente el simple hecho de correr es gloria. Es cuando desconectas totalmente del mundo, de todos los problemas que un humano llega a tener, sentirse libre...

En el momento que mis pies conectan con el tartán, todo el sacrificio y sudor de los entrenamientos se convierte en rabia, en nervios, en querer mejorar uno mismo, querer ganar al único rival que existe: el tiempo. El juez levanta la pistola. A sus puestos. Listos. ¡PUM!

La mente se queda en blanco y allí empieza la lucha. Ver que lo consigues es crecer como atleta, ¡sí!, pero también como persona, conoces el sufrimiento. El atletismo es un mundo, un nuevo planeta por descubrir ya que pocas personas han entrado en él en comparación con otros deportes como el fútbol, la fórmula uno, el baloncesto...

El atletismo es inexistente. Las personas que hemos formado parte de él también. Por eso para mí la expresión "correr por correr" no existe. Es saber disfrutar. Ellos no entienden la distancia recorrida, el tiempo empleado, o las horas involucradas por "sólo atletismo". Así pues, la próxima vez que escuches decir la frase "es sólo atletismo", sólo sonríe, porque ellos "sólo no entienden"...